PEDAGOGÍA HUMANISTA

Introducción
El humanismo
pedagógico. Sirve de transición entre la educación medieval y la moderna, y
aviva la educación europea desde finales del siglo XV hasta finales del siglo
XVI, aunque es su última etapa. Convive con las nuevas concepciones pedagógicas
de inspiración religiosa.
Este hace parte del humanismo, estrechamente ligado y el más destacado del Renacimiento. En el ámbito educativo, aparece una generación de maestros que quiere aprovechar lo mejor de la tradición medieval o trata de restaurar principios y modos escolares ya experimentados por los clásicos reforzando su estructura pedagógica y de enseñanza. Como subtemas podrían ser tratados: el humanismo pedagógico en Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y España.
Otros aspectos de la época de la Reforma y Contrarreforma: P. de la Contrarreforma, el Concilio de Trento y la reorganización de las enseñanzas, la formación humana según S. Ignacio y la Compañía de Jesús,
el nacimiento de la educación popular europea la época del renacimiento no fue un retorno a la literatura de la antigüedad. Trajo consigo una amplia renovación de la existencia humana, una nueva concepción del mundo y de la vida, abriendo más la mente y la conciencia. Siendo así ,los pedagogos van comprendiendo que el nuevo ideal educativo no es una imitación del hombre clásico; que el hondo sentido de la humanista (lo que solo al hombre es dable crear y asimilar) tiene inagotables perspectivas .sintiéndose de igual manera individuos libres e independientes.
Este hace parte del humanismo, estrechamente ligado y el más destacado del Renacimiento. En el ámbito educativo, aparece una generación de maestros que quiere aprovechar lo mejor de la tradición medieval o trata de restaurar principios y modos escolares ya experimentados por los clásicos reforzando su estructura pedagógica y de enseñanza. Como subtemas podrían ser tratados: el humanismo pedagógico en Italia, Alemania, Francia, Inglaterra y España.
Otros aspectos de la época de la Reforma y Contrarreforma: P. de la Contrarreforma, el Concilio de Trento y la reorganización de las enseñanzas, la formación humana según S. Ignacio y la Compañía de Jesús,
el nacimiento de la educación popular europea la época del renacimiento no fue un retorno a la literatura de la antigüedad. Trajo consigo una amplia renovación de la existencia humana, una nueva concepción del mundo y de la vida, abriendo más la mente y la conciencia. Siendo así ,los pedagogos van comprendiendo que el nuevo ideal educativo no es una imitación del hombre clásico; que el hondo sentido de la humanista (lo que solo al hombre es dable crear y asimilar) tiene inagotables perspectivas .sintiéndose de igual manera individuos libres e independientes.
En general el objetivo de estos acontecimientos o grandes
objetivos de la pedagogía del renacimiento, de la reforma y contrarreforma que,
en su conjunto, planteo grandes tendencias:
- Hacer la educación ,más real y practica en vez de abstracta y retórica,
-Incluir en ella la cultura del cuerpo, poco atendida en la edad media,
-Llevar la enseñanza a todas las clases sociales, y sustituir los procedimientos mecánicos por métodos agradables y atractivos.
Entonces
El humanismo surgió como una imagen del mundo al término de la Edad Media .Los
pensadores humanistas fueron entonces intérpretes de nuevas aspiraciones humanas impulsados por la
decadencia de la filosofía escolástica, cuyo
centro de gravedad era la vida religiosa y la inmortalidad ultraterrena.
El humanismo vino a sustituir esa visión
del mundo con la reflexión filosófica abundante
en productos racionales, en la que primaba la idea del hombre como ser
humano, verdadero e integral.
Los
humanistas más destacados
Cuya mirada se centró en lo educativo, encontramos a Tomás
Campanella (1568-1639), autor de La ciudad del sol, obra utópica en la que
señala a la educación como un medio para ennoblecer a los hombres. Al tiempo de indicar que para el
aprendizaje se requiere observación y práctica directas, recomienda formar al
hombre en las artes y procurar el fortalecimiento
de su vigor físico.
En Francia descuella
Francisco Rabelais (¿1494?-1553),
quien escribe Gargantúa y Pantagruel clamando por una educación útil, y Miguel
de Montaigne (1533-1592), autor de los Ensayos, donde asevera que la educación debe formar al hombre mejor,
librarlo de prejuicios sociales y de falsos
orgullos, hacer del educando un ser reflexivo, humanamente formado,
antes que repleto de conocimientos.
También es importante mencionar al español Juan Luis Vives (1492-1540). Autor de:
El tratado de la enseñanza y La pedagogía pueril, considera a la sabiduría como
la diosa que gobierna la educación y al
maestro como un padre amoroso de sus discípulos
con quienes comparte su saber. Vives también concibe a la educación, en su
Tratado del alma, como un medio constructivo para alcanzar una vida plena,
digna y edificante, cuya meta final son los valores morales.
Por su parte, Juan Amós Comenio (1592-1671) en su
obra Didáctica magna aborda dos cuestiones cruciales: la generalidad y la
generalización, a través de las cuales asegura que debe enseñarse de todo a
todos, pues el objetivo del aprendizaje no consiste en obtener un saber
profundo y perfecto de todas las disciplinas, sino en apropiarse de los
fundamentos y el fin de cada una de ellas. Propone animar en el alumno el
cultivo de sus sentidos, para terminar más tarde en el cultivo de la voluntad, pues el alumno desarrolla, así, sus
propias facultades y llega a formarse una
personalidad original. Criticaba
también, por impropio, convertir al educando en una bestia de carga forzándolo a llevar a cuestas un fardo de
mercancías ajenas; en lugar de ello, decía,
es mejor cuidarlo como un árbol para que rinda sus propios frutos.
REPRESENTANTES
Francisco Rebeláis
(1483-1553)
El merito pedagógico de este autor reside en haber roto lanzas contra la educación formalista y libresca, y en vislumbrar con viva agudeza un tipo de educación real y práctico. critico el formalismo de la educación escolástica, excesivamente influida por los libros. lo importante no eran los libros sino la naturaleza
La obra más importante de Rabelais: Gargantúa y Pantargruel es una novela pedagógica llena de ironías en la que plasma sus ideas de educación.
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Relata la educación
que el personaje Gargantúa recibía, fruto de la preocupación de su padre.
Gargantúa trabaja durante veinte años, aprendiendo muchos libros, que incluso
los puede recitar de memoria; pero no adelanta nada.
El padre escogió a un nuevo preceptor una persona más ágil y realista, (el cual es Rabelais encarnado en este personaje). Empieza a aplicarle su propio método de enseñanza por medio del juego.
El nuevo preceptor refleja el sentido de la educación para Rabelais y para su época. Para ello, decide no perjudicar a su alumno haciéndole cambiar sus hábitos tan repentinamente. Poco a poco, lo acostumbró a vivir en sociedad y a interesarse por el medio que lo rodeaba, llevándolo de viaje para ilustrarlo. Esta manera de enseñar hace que su alumno no sienta al estudio como una obligación desagradable y que no se aburra con una enseñanza unilateral, sino que las hace más variadas introduciéndole en medio de las clases teóricas educación física, para endurecerle el cuerpo, obligándole a saltar, trepar, nadar, disparar la honda y la flecha, esgrima, equitación y gimnástica completa.
Planea sus clases para que el joven aprenda los conocimientos fundamentales, como el conocimiento de las ciencias naturales (por la observación), Botánica (en las flores del campo), Astronomía (en los astros), Higiene en los alimentos, Matemática, por medio del juego de naipes y fichas, los cuales también le servía para dominar la Aritmética y la Geometría y otras cosas más siempre de manera sensitiva. Así pudo dominar los números. También le enseña la Moral, lectura, dibujo, griego, latín, las artes liberales, los textos clásicos, etc.
El padre escogió a un nuevo preceptor una persona más ágil y realista, (el cual es Rabelais encarnado en este personaje). Empieza a aplicarle su propio método de enseñanza por medio del juego.
El nuevo preceptor refleja el sentido de la educación para Rabelais y para su época. Para ello, decide no perjudicar a su alumno haciéndole cambiar sus hábitos tan repentinamente. Poco a poco, lo acostumbró a vivir en sociedad y a interesarse por el medio que lo rodeaba, llevándolo de viaje para ilustrarlo. Esta manera de enseñar hace que su alumno no sienta al estudio como una obligación desagradable y que no se aburra con una enseñanza unilateral, sino que las hace más variadas introduciéndole en medio de las clases teóricas educación física, para endurecerle el cuerpo, obligándole a saltar, trepar, nadar, disparar la honda y la flecha, esgrima, equitación y gimnástica completa.
Planea sus clases para que el joven aprenda los conocimientos fundamentales, como el conocimiento de las ciencias naturales (por la observación), Botánica (en las flores del campo), Astronomía (en los astros), Higiene en los alimentos, Matemática, por medio del juego de naipes y fichas, los cuales también le servía para dominar la Aritmética y la Geometría y otras cosas más siempre de manera sensitiva. Así pudo dominar los números. También le enseña la Moral, lectura, dibujo, griego, latín, las artes liberales, los textos clásicos, etc.
A veces, las circunstancias no eran las apropiadas para dar clases, por eso buscaba siempre la manera de poder educarlo hasta en las circunstancias más difíciles y también pretendía abarcar todos los aspectos que pudieran servir para que Gargantúa se educara completamente.
Éste es un reflejo del pensamiento humanista que poseía Rabelais:
El quería una educación
realista, aprendida en la vida y con utilidad para ésta, pero al mismo tiempo
es exagerada porque excede los límites del conocimiento humano y menciona la
necesidad de conocerlo todo, muy característico de la época renacentista,
porque la gente de esta época poseía una inquietud desbordante y una curiosidad
ilimitada.
Rabelais ofrece el ideal educativo de la época que era:
• el rechazo al conocimiento formal y dogmático,
• Rechazo a la autoridad para estimular el juicio personal y la inquietud por el conocimiento de la realidad en todas las expresiones posibles.
Según él, la clave de la educación era: “Haz lo que quieras” y su principio fundamental era que la Ciencia sin conciencia, no era más que la ruina del alma.
Rabelais estaba en contra del ascetismo, de las reglas de pobreza, castidad y obediencia. Lo bueno y eficiente era un sistema educacional basado en las glorias de la época presente.
La educación humanista, promovía la práctica de educación física y su formación era intelectualmente intensa y reflexiva, haciendo al alumno pensar sobre lo que está aprendiendo. También aprovechaba totalmente el tiempo, como el de las comidas, el juego y el paseo. Rabelais elogiaba al paganismo antiguo y a las Ciencias Naturales.
Gracias a esta novela que escribió, pudo combatir con sagacidad, gracia e ironía, los defectos de la enseñanza de su tiempo, e hizo ver la necesidad de vincular la didáctica a la observación de los hechos y al estudio de la naturaleza.
Rabelais ofrece el ideal educativo de la época que era:
• el rechazo al conocimiento formal y dogmático,
• Rechazo a la autoridad para estimular el juicio personal y la inquietud por el conocimiento de la realidad en todas las expresiones posibles.
Según él, la clave de la educación era: “Haz lo que quieras” y su principio fundamental era que la Ciencia sin conciencia, no era más que la ruina del alma.
Rabelais estaba en contra del ascetismo, de las reglas de pobreza, castidad y obediencia. Lo bueno y eficiente era un sistema educacional basado en las glorias de la época presente.
La educación humanista, promovía la práctica de educación física y su formación era intelectualmente intensa y reflexiva, haciendo al alumno pensar sobre lo que está aprendiendo. También aprovechaba totalmente el tiempo, como el de las comidas, el juego y el paseo. Rabelais elogiaba al paganismo antiguo y a las Ciencias Naturales.
Gracias a esta novela que escribió, pudo combatir con sagacidad, gracia e ironía, los defectos de la enseñanza de su tiempo, e hizo ver la necesidad de vincular la didáctica a la observación de los hechos y al estudio de la naturaleza.
Su obra fue literaria y, no
pedagógica. Su pensamiento influyó en el pensamiento de Montaigne, Locke y
Rosseau.
Miguel de Montaigne
(Michel Eyquem, señor de
Montaigne; Périgueux, Francia, 1533-Burdeos, id., 1592) Escritor y ensayista
francés. Nacido en el seno de una familia de comerciantes bordeleses que
accedió a la nobleza al comprar la tierra de Montaigne en 1477, fue educado en
latín, siguiendo el método pedagógico de su padre. Más tarde, ingresó en una
escuela de Guyena (hoy Aquitania), donde estudió poesía latina y griega, y en
1549 empezó a estudiar derecho en la Universidad de Tolosa.
Montaigne constituye uno de los pensadores de mayor influencia de la
historia, sin embargo, se le ha considerado históricamente más como literato
que como pensador propiamente dicho, quizás principalmente, por atribuírsele a
él la invención del género ensayístico. Y es precisamente ese género, su método
al fin y al cabo, el que nos da las pistas para rastrear su pensamiento.
Vivió en un periodo en que la identidad europea se veía profundamente agitada
por la dinámica que se ejercía en múltiples esferas. Europa ya no se
identificaba únicamente con el cristianismo, sino que efectuaba una ruptura
radical con el conjunto de referencias que habían orientado su desarrollo
durante siglos. La prueba más manifiesta podría ser la división de los espacios
lingüísticos en los que se desarrollaba la cultura. Aunque en el siglo XVI
todavía siguen produciéndose obras literarias y científicas en latín, las
literaturas nacionales aparecen en todos los países, y en adelante las mayores
obras maestras se escribirán en los idiomas locales. Los Ensayos ilustran
especialmente el abigarramiento cultural de la Europa renacentista: la prosa de
Montaigne está llena de citas latinas –a menudo traducidas a su vez del
griego–, pero también hay muchas expresiones de carácter más popular. Esta variedad
expresa simultáneamente la convergencia de numerosas experiencias en una
filosofía de la existencia fuertemente comparativa y la inadecuación de los
juicios dogmáticos para la mayor parte de las situaciones vividas.
Era por tanto inevitable que las interpretaciones de su obra oscilasen
entre la formulación de una “sabiduría” hecha de tolerancia y humanidad,
acompañada de la afirmación del valor bsoluto de la cultura literaria clásica,
por una parte, y, por otra, la formulación de un escepticismo melancólico y
desengañado, alimentado tanto por la experiencia de los conflictos religiosos
como por el conocimiento socrático de la imposibilidad de hacer que la virtud
sea la norma de vida de las colectividades organizadas. Entre estos dos puntos
de vista cabía un punto de encuentro, convertido después en la opinión comúnmente
admitida: contemporáneo del invento (burgués) del individuo y de la
profundización literaria de los recovecos de la subjetividad, Montaigne sería
el prototipo del espíritu moderno. A este respecto, las páginas
que dedicó a la educación, dado que se refieren a la vez a las virtudes
de la cultura libresca y a la necesidad de métodos pedagógicos basados en el
ejercicio del raciocinio y la permanencia del diálogo, se han convertido en
punto de partida de todo concepto abierto en esta esfera.
En realidad, pocas formulaciones de sus objetivos, y ni tan sólo de sus
métodos, por parte de los especialistas en educación podrían pretender ser
autorizadas por algunas frases de Montaigne, y ello no por eclecticismo, sino
porque consideró que las coacciones sociales y psíquicas acaban por convertir a
la educación en un condicionamiento, en vez de un despertar a la vida. Por ese
mismo motivo, sus textos no deben considerarse un conjunto de máximas generales;
para una lectura adecuada debe ante todo medirse la distancia que separa a Montaigne
de la situación actual.
Juan Luis Vives
El filósofo español
Juan Luis Vives fue una figura dentro del ámbito del renacimiento, y sus
estudios pedagógicos perduran como uno de los esfuerzos más profundos por
comprender la educación desde una perspectiva humanista y universal.
En el año de 1540 falleció Juan Luis Vives en Bélgica, esto es, muy alejado de
su Valencia natal. Vives fue una de las almas más brillantes que surgieron de
la tradición humanista del Renacimiento, y en su interior se hermanaban el
pensamiento medieval cristiano y el novedoso talante intelectual de su tiempo,
producido por un renacido interés en el mundo grecolatino. Vives, que se formó
académicamente en Valencia y en París, impartió clases en Lovaina y en Oxford.
Luego se concentró en sus escritos, mismos que dedicó a los gobernantes de las
naciones más importantes de Europa. Su estela de humanismo dejó una huella imborrable
en la historia cultural de Occidente.
Vives, pedagogo
ejemplar
Vives fue un
psicólogo perspicaz, y destacó enormemente como un estudioso de los métodos y
maneras didácticas. Obras suyas tan importantes como el Tratado del
alma, el Tratado de la enseñanza, contribuyeron a la
construcción del ideal educativo del Renacimiento. Cabe mencionar que en el
hogar de Vives, durante su infancia, se combinaron por obra del contraste de
ser en sus padres, el severo rigor medieval, con la dulce apertura de pensamiento del
humanismo.
El pensar de Juan
Luis Vives
Los temas más
importantes abordados por Vives, y que lo vinculan estrechamente con el resto
de los grandes humanistas de su tiempo, son: su talante antiescolástico, por un
afán de salvaguardar el legado intelectual grecolatino; le revalorización de la
experiencia, del sentido común; y además, el cultivo de un sano escepticismo
ante los discursos de la metafísica.
Su postura
pedagógica
Por lo que respecta
a su posición pedagógica, Juan Luis Vives defendió la necesidad de tomar en
consideración el punto de vista y la voluntad de los niños, mismos que pueden
ser particularizados sólo después de un profundo estudio psicológico y aún
fisiológico antes de efectuar generalizaciones perjudiciales para la formación
de los infantes.
Una valiosa
sensibilidad mística
Los aspectos
religiosos y altamente edificantes de la reflexión de Vives exponen con
transparencia los nexos que estableció con la importante tradición mística de
su país. En ese sentido, pueden mencionarse grandes obras suyas como De
anima et vita y también, De veritate fidei christianae.
excelente!!
ResponderEliminarGracias por el aporte, me sirvió mucho.
ResponderEliminarmuchas gracias
ResponderEliminarTODO MUY BONITO PERO SIGUE SIENDO "IDEAL". EN UNA AULA CON 45 ALUMNOS, DE LOS CUALES SÓLO 10 QUIEREN ESTAR, EN UN ESPACIO DE SEIS METROS POR SIETE, 15 CON DÉFICIT DE ATENCIÓN, 7 TURISTAS, 3 DROGADICTOS, 20 OPOSITORES DESAFIANTES, 15 CONVERSANDO, 20 NO TRAEN CUADERNOS, 18 NO SABEN LEER BIEN, 8 JUEGAN MIENTRAS SE EXPLICA ALGO,40 NO SABEN EXPONER UN TEMA, 25 NO HACE TAREAS NO HAY, SOLO A 3 LES PREOCUPA EL MEDIO QUE LE RODEA Y VIVIR EN SOCIEDAD ES TRATARSE A LAS PATADAS Y CON VULGARIDADES. NO HAY ENFERMERÍA SI ALGUNO SE ENFERMA, NO PUEDEN LLEVARSE AL MEDICO PORQUE ES UN RIESGO, "DEBE VENIR EL ACUDIENTE", LA NOTA MÍNIMA ES 2 PORQUE ES HUMANISTA MI COLEGIO...NO SOMOS TERAPISTAS, NI POLICÍAS, NI AMA DE LLAVES, NI RECREACIONISTAS, NI TAUMATURGOS...SOMOS DOCENTES PERO ESO COMO QUE NO IMPORTA, LO QUE IMPORTA ES CONTENERLOS A PUERTA CERRADA. META EN UNA JAULA TRES TIGRES,UNA ZEBRA, TRES RINOCERONTES, CUATRO CANGUROS,10 MONOS, TRES BUHOS, DOS SERPIENTES VENENOSAS, 7 OSOS PEREZOSOS, 5 BURROS,3 TORTUGAS Y 5 PUERCOESPINES. NO LOS DEJE SALIR, Y RESPONDA POR SUS ACTOS COMO SI FUERA USTED EL RESPONSABLE DE SUS CONCIENCIAS. ESO ES UN COLEGIO HUMANISTA.
ResponderEliminarDELÉGUELE A UN TEÓRICO HUMANISTA UN SALÓN DE CLASES POPULAR Y SU TEORÍA HUMANISTA QUEDARÁ DESDIBUJADA COMPLETAMENTE Y SIN HONORES, AL ENFRENTARSE AL CAOS QUE ÉL DICE CONTROLAR.
ResponderEliminarSÓLO CUANDO HALLAN REALES ALUMNOS HABRÁ UNA REAL EDUCACIÓN... EL RESTO ES ESPECULACIÓN. SÓLO ES POSIBLE EN LA LITERATURA Y DE FICCIÓN.
claro que es difícil, es un reto para valientes, pero sobre todo es un trabajo para personas que conozcan el sentido de la palabra VOCACIÓN. La educación es un campo de acción, un campo de combate como lo dijo Estanislao Zuleta, y es este medio conflictivo solo puede prosperar aquel que ame verdaderamente su trabajo.
ResponderEliminarNadie dijo que un grupo de clases sería homogéneo. Todas las personas somos distintas, partiendo de esta primicia, el docente debe emplear estrategias acordes a las necesidades de sus estudiantes. Cuando la clase es agradable, el profesor es idóneo y prepara de forma lúdica los temas, todos van a querer participar. Si desde ya esta etiquetando a los estudiantes los hace un problema, no piensa en sus necesidades.
ResponderEliminarEs dificil pero considero que si tenemos una responsabilidad como docentes y formadores el hacer lo necesario para crear un buen ambiente y poder ofrecer lo que mucha gente carece en el hogar: respeto, empatìa, colaboraciòn, inclusiòn, etc.... Dejemos de lado ya la necesidad de desarrollar aprendizajes concretos y con esto la idea que la educaciòn sirve para obtener un buen trabajo,por supuesto que son necesarios, pero la sociedad actual requiere de habilidades emocionales mas que pràcticas, desarrollemos autoestima, independencia, seres autònomos y que crean en ellos mismos.
ResponderEliminarEN TODA LAS AULAS OCURRE ESO DE QUE POCOS DESEAN ESTUDIAR Y MUCHOS SON TURISTAS
ResponderEliminarBendiciónes hay algo muy cierto d lo q aducen d la educación pero saltamos para hacer lo malo por q no hacemos lo mismo a la hora de educar recomiendo ver película escritores de la libertad predicar y aplicar en vez de parafrasear un abrazo
ResponderEliminarFalto Castiglioni, Victorino da feltre bueno
ResponderEliminarComo Docentes debemos estar en lucha de ser una inspiración para nuestros educandos, para ello es necesario estar convencidos y dispuestos a una constante preparación y utilizar estos conocimientos de modo trascendental, cuestionarnos y comprobar si vamos por buen camino y hacer de la Educación una forma de vida.
ResponderEliminarPor qué no pones dirás bibliográficas
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