miércoles, 11 de diciembre de 2013

EL MUNDO EN GUERRA: POLÍTICA Y CULTURA 


1° DEMOCRACIA Y OLIGARQUÍA

La larga guerra del Peloponeso dividió políticamente al mundo griego en dos bloques, cuyas cabezas fueron Atenas y Esparta, que fueron apoyadas por las ciudades simpatizantes.
Estas guerras civiles fueron condenadas por Tucídides, quien dice que solo fueron ambiciosos y traicionaron a sus conciudadanos.
La guerra del Peloponeso es un ejemplo perfecto de la reacción en cadena, pues hubo primeramente una enfrentamiento entre Corcira y Corinto, que luego arrastró a Atenas y a Esparta.
Atenas apoyaba a Corcira, pero esta ciudad tuvo miedo de ser invadida por Esparta, es por eso que dieron el control de su ciudad al general ateniense Colón, quien expulsó a los oligarcas. Pero al retirarse, éstos volvieron, originando un combate que dejó en escombros la ciudad.
Al ver las ruinas, los ciudadanos decidieron mantenerse al margen de la guerra por siempre.

PERSIA

Desde el inicio de la guerra, las dos bandas intentaron convencer al rey de Persia, Artajerjes, quien gobernaba un imperio enorme desde Asia Menor y Egipto hacia la India y Afganistán, pero no lo lograron debido a una repentina muerte del rey, quien fue sucedido por Darío II y retomó las relaciones diplomáticas con los atenienses.
Los problemas empezaron cuando un “sátrapa” del rey llamado Pisutnes se sublevó y muchos atenienses lo apoyaron, esto originó que el rey Darío II le diera su apoyo a Esparta, lo cual fue decisivo en la guerra.

2° ARTE Y CULTURA EN ATENAS



En la “Edad Dorada” de Atenas, la polis se convirtió en el mayor centro cultural y artístico del mundo clásico griego. Tuvieron grandes templos y edificios públicos que glorificaron a la ciudad de Atenas, esto originó que fueran severamente criticados por gastar dinero obtenido de sus aliados. Pero el rey Pericles respondió que ellos no rendían cuentas de sus gastos, pues era perfectamente justo que se utilizara el excedente del capital de guerra para su gloria para el resto de los tiempos y esto es cierto, porque hasta ahora se habla de la gloria de Atenas debido a la magnificencia de sus construcciones.
Atenas también sobresalió en la exquisita elaboración de jarras, vasos y ánforas que los ceramistas exportaron a todo el mediterráneo. Atenas fue también un centro literario, retórico y filosófico. Las más célebres figuras literarias de la era de Pericles, sin embargo, eran los escritores de tragedias y comedias nacidos en la ciudad.

EURÍPIDES

Las obras más destacadas de los dramaturgos atenienses clásicos fueron las de Eurípides debido a que son capaces de transportar al público a las pasiones y emociones de aquellos tiempo. Lo más seguro es que esto tenga que ver en que sus obras están centradas en las mujeres como víctimas o vengadoras de actos.
Sabemos con seguridad que las obras de Eurípides eran celebérrimas en todo el mundo de habla griega. Cada texto que salía de su pluma circulaba con la tinta todavía húmeda por las ciudades grecoparlantes del Mediterráneo.



HIPARETA, UNA CIUDADANA ATENIENSE

En Atenas existió una mujer llamada Hipareta, que fue la esposa de una político y general ateniense llamado Alcibíades.
Hipareta era hija de Hipónico, el hombre más adinerado de toda Grecia y su madre fue una ex esposa de Pericle.
Su infancia fue feliz, como las de todas las ciudadanas atenienses de clase alta y pasó su niñez bajo el cuidado de una niñera esclava y de su madre.
El estallido de la guerra de Peloponeso de seguro causó un gran impacto en la vida de Hipareta, pues Atenas cambió de manera radical.
En esos tiempos estalló una gran peste que se llevó a un tercio de la población e Hipareta se contagió, pero logró sobrevivir lo cual no fue lo mismo para algunos de sus familiares, quienes murieron.
Hipareta se casó con Alcíbiades en el 424 a. C., cuando tenía 16 años y su esposo diez años más que ella.
Ella cumplió con los deberes que tenía cada esposa ateniense, dándole hijos y honrándole como era debido. Pero su esposo, cuando ocurrió la toma de Melos en el 416 a. C., compró una esclava y la llevó a vivir a su casa, teniendo una hija con ella. Esto originó una gran tristeza e indignación en Hipareta, quien cansada de ser dejada de lado abandonó su hogar y tenía la intención de solicitar a su esposo el divorcio, pero éste la llevó a rastras a su casa y al poco tiempo murió, lo cual llevó a que él fuera condenado por impiedad y forzado y forzado al exilio.

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