Por
Nicola Abbagnano,
Visalberghi, A
Visalberghi, A
DEL TRIUNFO DEL CRISTIANISMO A LA
CRISIS DE LA SEGUNDA
ESCOLÁSTICA
I LA EDUCACIÓN CRISTIANA PRIMITIVA Y LA PATRÍSTICA
1° LA “BUENA NUEVA”
En el mundo helenístico romano se había propagado velozmente
en la segunda mitad del siglo otros nuevos cultos, otras religiones, otros
misterios; entre ellos el CRISTIANISMO.
Ahí donde otras corrientes religiosas abrazaban el
individualismo helénico, el cristianismo lo superaba. El hombre, que ya no era
ciudadano de una ciudad real, se
convertía en ciudadano de una ciudad ideal, por la cual actuaba, combatía y
padecía como por una patria más auténtica y verdadera.
El cristianismo es un renacer del hombre que muere para la
vida de la carne y revive en el espíritu, es decir, en la verdad, la justicia y
el amor.
2° LA EDUCACIÓN DEL CRISTIANO
La "buena nueva" se proponía pues realizar un
específico ideal pedagógico: formar al hombre nuevo y espiritual, al miembro
del reino de Dios.
La educación precedía al acto del bautismo, que era la forma
de iniciación cristiana con la cual se pasaba a formar parte de la comunidad de
los fieles y se ganaba la admisión a la más importante ceremonia, el ágape
eucarístico.
La educación era pues estrictamente religiosa; por muchos
siglos el cristianismo no se preocupó de la instrucción común y corriente,
aceptando sin más la organización escolar y la enseñanza existentes, aun cuando
estaban a cargo de paganos.
3° LA PATRÍSTICA: PRIMER PERIODO
Sucedió que, sobre todo en Oriente, cuando el cristianismo
-para defenderse también de los ataques, las persecuciones y las herejías (o
interpretaciones aberrantes)- tuvo que organizarse en un sistema de doctrina,
se presentó a sí mismo como la expresión cumplida y definitiva de la verdad que
la filosofía griega había buscado pero sólo había encontrado imperfecta y
parcialmente. El cristianismo se propuso entonces afirmar su continuidad con la
filosofía griega definiéndose como la última y más completa manifestación de
ésta. Justificó esa continuidad con la unidad de la, razón que Dios ha creado
única en todos los hombres y todos los tiempos y a la cual, con la revelación,
ha dado una base más segura.
4° LA PATRÍSTICA EN LOS SIGLOS III Y IV
El periodo de 200 a 450
aproximadamente, es decisivo para la construcción del edificio doctrinal del
cristianismo
Orígenes elaboró el
primer gran sistema de filosofía cristiana u según él, los Apóstoles nos han
trasmitido sólo las doctrinas fundamentales del cristianismo, pero no las
accesorias; formular estas últimas es tarea del cristiano que ha recibido de
Dios la gracia de la ciencia y la palabra. Por el contrario, las doctrinas fundamentales
sólo se deben aclarar e ilustrar.
Los adversarios de Orígenes le reprocharon sobre todo el
haber subordinado el Hijo al Padre; posteriormente lo consideraron responsable
de la doctrina de Arrio, según el cual el Logos o Hijo de Dios fue creado de la
nada como todas las criaturas y por consiguiente no es eterno.
5° LA EDUCACIÓN EN EL PERIODO PATRÍSTICO
Los Padres orientales, que han aprovechado abundantemente la
filosofía clásica para sus construcciones de filosofía cristiana, son en
general favorables al mantenimiento del tipo de educación clásica integrada con
la educación cristiana. Algunos Padres latinos, como por ejemplo, Tertuliano,
que condenan la filosofía pagana entera, se oponen, por el contrario, a toda
forma de educación fundada en las disciplinas propias de la doctrina pagana.
II SAN AGUSTÍN
6° EL LUGAR DE SAN AGUSTÍN EN LA PATRÍSTICA
Son
muchas las razones por las cuales San Agustín ocupa un lugar especial en la
patrística, de la que es innegablemente la figura central. San Agustín no sólo
reviste un excepcional interés histórico por el inmenso influjo que ejerció
sobre la cultura y la educación posterior de todo el mundo occidental, sino que
además posee tales dotes de vivacidad, profundidad y modernidad que, bajo ese
punto de vista, está a la par con Platón y Aristóteles.
7° VIDA Y OBRA
Aurelio
Agustín nació en 354 en Tagaste, África romana. Su padre, Patricio, era pagano;
su madre, Mónica, era cristiana.
En 383 marchó a Roma para enseñar, con
esperanza de conquistar éxito y fortuna. En Milán sufrió la crisis decisiva de
su existencia.
En Milán, la palabra y el ejemplo del obispo
San Ambrosio y los consejos de su madre, que mientras tanto se había reunido
con él, precipitaron la crisis: Agustín se hizo catecúmeno.
Más adelante llega a ser consagrado obispo,
enderezó la polémica por una parte contra los donatistas, sostenedores de una iglesia
africana independiente y resueltamente hostil al Estado romano, y por la otra
contra los pelagianos que negaban o por lo menos limitaban la acción de la
gracia divina.
Al
finalizar su vida, en 427, echó con las Retractaciones una mirada retrospectiva
a toda su obra literaria, corrigiendo los errores y las imperfecciones
dogmáticas.
8° DIOS Y EL ALMA
Al
empezar los Soliloquios, una de sus primeras obras, San Agustín declara:
"Quiero saber de Dios y del alma. ¿Y nada más? Nada más, en
absoluto." Y tales son realmente los términos hacia los cuales dirige,
desde el principio hasta el fin, su búsqueda. Al mundo de la naturaleza San
Agustín volvió la atención sólo ocasionalmente y a propósito de problemas
concernientes a la naturaleza de Dios y del alma.
San Agustín dice: "No salgas de ti, vuelve
a ti mismo, en el interior del hombre habita la verdad; y si encuentras mudable
tu naturaleza, trasciéndete también a ti mismo.
9° EL HOMBRE
Por su misma naturaleza el hombre está ligado a
Dios. Dice San Agustín: si fuéramos animales podríamos amar sólo la vida
carnal; si fuéramos árboles podríamos amar sólo lo que no tiene movimiento ni
sensibilidad. Pero somos hombres, creados a imagen de Dios y por lo tanto
podemos amar la verdadera Eternidad, la eterna Verdad, el eterno y verdadero
Amor. El que el hombre haya sido creado a imagen y semejanza de Dios significa
que sus actividades fundamentales corresponden a las personas divinas.
10° EL MUNDO Y EL TIEMPO
San Agustín aborda los problemas del mundo
natural a propósito de la creación. En cuanto es el ser, Dios es el fundamento
de todo lo que es. Por su mutabilidad el mundo demuestra que no es el ser: ha
tenido que ser creado y no ha podido crearlo sino un Ser eterno. Dios lo ha
creado todo a través de su Verbo que es el Logos o Hijo y contiene en sí las
ideas o razones inmutables de las cosas. Contra Platón, que situaba las ideas
en un mundo inteligible, diverso de Dios, San Agustín objeta que en tal caso
Dios carecería de razón porque tendría la razón fuera de sí. Las ideas están,
pues, en la razón divina, o sea, en el Logos. San Agustín las identifica con
las razones seminales de que hablaban los estoicos. Estas razones seminales
explican por qué la creación, aun siendo un acto único e indivisible, produce
sus efectos sucesivamente en el tiempo.
11° LA EDUCACIÓN DE SAN AGUSTIN
La filosofía entera de San Agustín es una
filosofía educativa. Dudar y resolver las dudas, iluminar la fe con la razón y
la razón con la fe , haciendo hablar al que San Agustín llama el "Maestro
interior", es decir, la Verdad misma que es Dios, es ya un proceso de
formación humana y por lo tanto de educación en el significado más amplio y
profundo del término. En la educación en este sentido el verdadero y único
maestro es la Verdad, o sea Dios en la persona de su Verbo, es decir, de
Cristo. El escrito de San Agustín titulado El Maestro parte de este concepto.
III LA EDUCACIÓN EN LA
EDAD MEDIA Y LA ALTA ESCOLÁSTICA
12° LA CULTURA EN LOS PRIMEROS SIGLOS
En los siglos VI, y VIII se produce una grave
descontinuación en la actividad cultural de Occidente. Las condiciones de la
vida en la Europa bárbara son a tal punto difíciles que la cultura queda
reducida casi a cero y todo lo que se puede hacer es salvar del naufragio
algunos elementos que más adelante alimentarán su resurgimiento.
La existencia de escuelas, sobre todo de
gramática, retórica, leyes y medicina en algunas de las principales ciudades
italianas, a partir del siglo VIII, está fuera de toda duda.
En el resto de Europa la cultura empezó a reflorecer sólo bajo la influencia de Carlomagno.
En el resto de Europa la cultura empezó a reflorecer sólo bajo la influencia de Carlomagno.
13°LAS ESCUELAS DE LA EDAD MEDIA
Esta obra de reconstrucción cultural fue
realizada casi exclusivamente por el clero. Los siglos VI y VII poco o nada
habían dejado subsistir de las instituciones escolásticas laicas de origen
pagano, excepto quizá, como se ha dicho, en algunas ciudades italianas donde lo
nuevo se injertó sin dificultades en lo antiguo. De ese modo se constituyeron
escuelas en las instituciones religiosas, es decir, al amparo de los
monasterios, las parroquias y las catedrales (o sea, se formaron escuelas
monásticas, parroquiales y catedralicias u obispales.
14° EL FEUDALISMO Y LA EDUCACIÓN CABALLERESCA
Sólo una minoría de clérigos frecuentaba las
escuelas medievales, pero no por eso puede decirse que el resto de la población
quedase sin educar, si bien es verdad que era casi analfabeta.
La pirámide feudal tiene su razón de ser: en un
periodo en que el dinero es extremadamente raro y prácticamente no existe una
organización estatal, los soberanos que no pueden reclutar en forma directa
ejércitos ni pagar funcionarios capacitados, deben recompensar por fuerza los
servicios que reciben de los guerreros más valientes asignándoles tierras en
"beneficio"; a su vez, los guerreros deben hacer lo mismo con los
caballeros de su séquito, y así sucesivamente. Los feudatarios representan la
fuerza militar de la sociedad y muy pronto constituyen sin más la única forma
de organización política.
15° LAS UNIVERSIDADES Y LAS ESCUELAS COMUNALES
Las escuelas catedralicias dieron origen a la
más importante institución cultural de la Edad Media, la Universidad. El
término universitas se aplicaba en el
Medievo a toda comunidad organizada con cualquier fin. A partir del siglo XII,
como consecuencia del incremento en el número de profesores y estudiantes, se
formaron comunidades de profesores con vistas a defender sus intereses y la
disciplina de los estudios.
16° LA ALTA ESCOLÁSTICA
En los frecuentes decretos con que las
autoridades medievales prescribían o autorizaban la apertura de una escuela se
dice con frecuencia que tales escuelas debían servir principalmente para el
mejor entendimiento de la fe cristiana. Ahora bien, ésta era precisamente la
finalidad de la filosofía que en esas escuelas se profesaba y que por eso se
denomina escolástica. La palabra escolástica designa la filosofía cristiana de
la Edad Media.
17° JUAN ESCOTO ERIGENA
Juan Escoto Erigena fue traductor del
Seudo-Dionisio y contribuyó mucho a difundir el pensamiento neoplatónico en
toda la escolástica posterior. En efecto, las obras que corrían bajo el nombre
de Dionisio, primer obispo de Atenas, son en realidad de un anónimo del siglo v
bajo la influencia directa de Proclo. En ellas se desarrolla el principio
neoplatónico según el cual la superioridad y trascendencia de Dios impiden a la
razón humana captar positivamente sus atributos: de Dios podemos decir
solamente lo que no es (teología negativa), considerándolo por encima de todos
los atributos que se le pudieran referir (de donde el título de la obra De los
nombres divinos).
18° DIALÉCTICOS Y ANTIDIALÉCTICOS
En este
periodo surge la gran figura de erudito y maestro, Gerberto de Aurillac, que en
el año 999 ascendió al trono papal con el nombre de Silvestre II y murió en
1003. Gerberto cultivó todas las ciencias, pero sobre todo la mecánica y la
matemática; escribió además muchos comentarios a las obras lógicas de
Aristóteles y Boecio. En su época la cultura deja de ser patrimonio exclusivo
de las abadías y la enseñanza tiende a organizarse en la forma que adoptará en
el siglo XIII con las universidades.
19° SAN ANSELMO
San Anselmo replicó (en su Liber apologeticus) que para demostrar la posibilidad de pensar en
Dios basta la fe de que tanto él como Gaunilón están dotados. Y si se puede
pensar en Dios, se debe considerarlo necesariamente existente, pues no es
posible negar que sea la mayor cosa de todas. De una isla fantástica no puede
decirse que sea la mayor de todas las cosas, aun cuando se la conciba perfecta;
por tanto, de la posibilidad de pensarla no se sigue su realidad. En cambio, de
la posibilidad de pensar en Dios se sigue la existencia de Dios
IV NUEVOS HORIZONTES DE
LA ESCOLÁSTICA EN EL
SIGLO XII
20° EL
PROBLEMA DE LOS UNIVERSALES
A partir de la segunda mitad del siglo XI la
escolástica se enriquece con nuevos problemas. Su horizonte se ensancha y del
dominio puramente teológico pasa con frecuencia cada vez mayor al de la teoría
del conocimiento y la filosofía de la naturaleza. La tradición de la lógica
aristotélica, que incluso en los siglos más oscuros se había conservado a
través de las traducciones y los comentarios de Boecio, lleva ahora a plantear
el problema del valor de la lógica misma, es decir, del valor de los conceptos
de género y especie estudiados por la lógica. El nacimiento de este problema es
el fruto de una vuelta crítica de la lógica sobre sí misma: del estudio de la
lógica se pasa al problema de la lógica, a la pregunta sobre el valor de ese
conocer racional que la lógica considera.
21° LA POLÉMICA SOBRE LOS UNIVERSALES Y ABELARDO
Abelardo, nacido en 1079 cerca de Nantes,
fallecido en 1142, fue maestro celebérrimo y a él se debe la fama de la Escuela
de París que luego debía convertirse en la primera Universidad. Sus obras
principales son: Si y no, Tratado sobre la Unidad y Trinidad divina, Introducción a la
Teología, Teología cristiana y Ética o conócete a tí mismo. La solución de
Abelardo al problema de los universales se basa en la función del concepto, que
es significar las cosas. Acepta la definición de Aristóteles: "universal
es aquello nacido para ser predicado de muchas cosas". A causa de esta
función el universal no puede ser una realidad puesto que una realidad no puede
ser predicado de otra. No puede ser ni siquiera, como pretendía Roscelino, un
puro y simple nombre, porque incluso el nombre es una realidad particular y no
puede ser predicado de otra.
22° LA MÍSTICA Y LA CIENCIA
El mayor adversario del racionalismo de
Abelardo fue Bernardo de Clairvaux, nacido en Francia en 1091 y muerto en el
claustro de Clairvaux en 1153. Para Bernardo la indagación filosófica es
inútil; define las discusiones de los filósofos como "locuacidad llena de
viento", y reduce la más sublime filosofía a "conocer a Jesús y su
crucifixión". Bernardo es el iniciador de la mística medieval, o sea de
aquella tendencia del pensamiento medieval que tiende a aproximar el hombre a
Dios no ya mediante la especulación filosófica racional (como hace la escolástica),
sino mediante el ejercicio de los poderes conferidos directamente al hombre por
la gracia divina. La mística es el esfuerzo por trascenderse, por vencer y
anular la naturaleza finita del hombre para unirse directamente con Dios. Por
consiguiente, la especulación de los místicos versa esencialmente sobre los grados
progresivos del ascenso del hombre hacia Dios y sobre las condiciones que
pueden favorecer esa ascensión.
23° EL NATURALISMO DE CHARTRES
Pero el interés por las cuestiones naturales se
afirmó sobre todo en la Escuela de Chartres, la que por consiguiente empieza a
dedicar atención a las obras físicas de Aristóteles, hasta entonces ignoradas.
Thierry de Chartres (muerto hacia' 1150), que enseñó en Chartres y París, y fue
canciller de la Universidad de Chartres, es autor de un Heptateucon o manual de
las siete artes liberales y de un comentario al Génesis que nos ha llegado incompleto y nos
informa sobre su filosofía natural. El mundo presupone cuatro causas
fundamentales: Dios Padre que es causa eficiente y crea la cuarta causa o sea
la materia; el Hijo o Sabiduría divina que es causa formal y ordena la materia;
el Espíritu Santo que es causa final, anima y vivifica la materia formada y
ordenada y une la forma con la materia. Al igual que Abelardo, Thierry
identifica el Espíritu Santo con el alma del mundo de que habla el Timeo
platónico.
V LAS CULTURAS ÁRABE Y JUDÍA
24° LA CULTURA ÁRABE
El pensamiento científico y filosófico de los
árabes tiene el mismo carácter que el de la escolástica latina. La filosofía
tiende a interpretar racionalmente la verdad revelada que para los árabes está
contenida en el Corán y, al igual que la escolástica latina, toma de la
filosofía griega los instrumentos necesarios para esta interpretación. La
ciencia árabe utiliza también los resultados de la ciencia antigua y siempre
que le es posible, los continúa y enriquece. Sin embargo, a diferencia de la
cultura occidental del medievo, la cultura árabe dispone desde el principio de
un material antiguo mucho más rico.
25° EL
NEOPLATONISMO
Ibn-Sina que los escolásticos latinos
conocieron con el nombre de Avicena, era de origen persa, y fue famoso médico
además de filósofo. Su Canon de la medicina fue la máxima autoridad durante
mucho tiempo. Murió a los 57 años en 1o37. Su obra principal es el Libro de la
curación, del que se tradujeron en el siglo XII la Lógica, la Física y la
Metafísica. En Avicena se advierten ya algunos rasgos fundamentales de la
especulación árabe, ante todo, la afirmación de la necesidad del ser. "Si
una cosa no es necesaria en relación con ella misma -dice-, es menester que sea
posible en relación con ella misma, pero necesaria en relación con otra cosa diversa
26° AVERROES
El más célebre de los filósofos árabes es
Ibn-Rusd que los escolásticos llamaron Averroes. Nació en Córdoba, España, en
1126, padeció destierro por sus ideas filosóficas y murió a la edad de 73 años.
Fue autor de un Comentario mayor, un Comentario medio y una paráfrasis de las
obras de Aristóteles. También escribió una confutación de la obra de Algazel
(1059-tris) La destrucción de los filósofos, compuesta contra Avicena, y en
general contra todos los filósofos, en defensa de la libertad de la creación,
es decir, de la no necesidad del mundo.
27° MAIMÓNIDES
La
filosofía de Maimónides es un ingenioso intento por eliminar la
"necesidad" introducida en la concepción del mundo por el
aristotelismo árabe. Según Maimónides, la acción creadora de Dios no es
necesaria, es decir, rigurosamente determinada, sino contingente y libre. En
efecto ¿cómo se explica la gran variedad de seres que existe en el mundo
natural? Los filósofos árabes la atribuían a la acción (le las esferas
celestes; pero esa acción es uniforme y por tanto no puede explicar lo que es
vario y múltiple. Además, el movimiento mismo de las esferas no es necesario,
en el sentido de una perfecta uniformidad, porque unas se mueven en un sentido
y otras en otro, sin que exista una causa necesaria de ello. De esta variedad
ninguna causa puede deducirse como no sea la voluntad de Dios. Ahora bien, esto
significa que la voluntad de Dios actúa libre y contingentemente, y que si crea
las cosas en un cierto modo ello no significa que no pueda crearlas en otro u
otros, sin limitación alguna.
VI LA POLÉMICA CONTRA EL ARISTOTELISMO
28° LAS TRADUCCIONES DE ARISTÓTELES Y LAS PRIMERAS REACCIONES
Las obras físicas y filosóficas de Aristóteles
con los respectivos comentarios de los filósofos árabes y judíos se traducen al
latín a partir del siglo XII} y abren un nuevo capítulo de la historia. La
primera reacción es desfavorable. Los intérpretes árabes, cuya doctrina propia
en un principio no se distingue con suficiente rigor de la original del
Estagirita, habían acentuado los aspectos del aristotelismo que lo hacían
aparecer como opuesto a ciertas creencias fundamentales del cristianismo. La
tesis de la necesidad y eternidad del mundo, en particular, común a Avicena y
Averroes, aparecía como contraria a la creencia en la creación y la libertad
misma del hombre. Sólo después de repetidos intentos de acercamiento al
aristotelismo y de vivas reacciones contra él, se llega al equilibrio de la
síntesis tomista, en la que el aristotelismo se concilia a la perfección con el
sistema de los principios cristianos.
29° SAN
BUENAVENTURA
La vuelta de San Agustín, iniciada por Roberto,
culmina con la doctrina de San Buenaventura. Giovanni Fidanza, llamado
Buenaventura en la orden franciscana, nació en Bagnoregio, Viterbo, en 1221.
Fue maestro de la Universidad de París y amigo de Santo Tomás. Murió en 1274.
Su obra fundamental es su Comentario a las sentencias de Pietro Lombardo,
mientras que su obra maestra de mística es el Itinerario de la mente a Dios.
Contra Aristóteles, San Buenaventura considera que no todos los conocimientos
se derivan de los sentidos; en efecto, el alma conoce a Dios y a sí misma sin
ayuda de los sentidos externos. De los sentidos se derivan las especies y
semejanzas de las cosas, que son imágenes o pinturas de las cosas mismas. Pero
el alma no podría utilizar estas especies sensibles si Dios no le diese un
lumen directivum que la guía al dividir y organizar los conocimientos. De ese
modo San Buenaventura acepta la doctrina agustiniana de la iluminación divina.
Todos los grados del conocimiento, teórico o práctico, se fundan en una luz que
el hombre recibe directamente de Dios.
VII EL TOMISMO
30° SAN ALBERTO MAGNO
El aristotelismo, llegado al mundo latino a
través de la filosofía árabe, en el primer momento provoca una reacción
defensiva en la escolástica, que se parapeta en sus posiciones tradicionales, y
una vuelta a San Agustín. Sin embargo, la situación se altera cuando surge el
hombre capaz de conferir al aristotelismo derecho de ciudadanía en la
escolástica latina. Ese hombre es San Alberto Magno. Alberto, de la familia de
los condes de Bollstädt, nació en Lavingen, Suabia, en 1193. Fue maestro de
teología en París y Colonia; murió en 1280. Su obra es vastísima y constituye
una reelaboración completa de la entera enciclopedia aristotélica, que expone a
su modo, utilizando también los intérpretes árabes y judíos. Entre sus escritos
teológicos descuellan la Summa de creaturis y una Summa theologiae.
31° SANTO TOMÁS: FE Y RAZÓN
Si con su obra Alberto Magno da al
aristotelismo derecho de ciudadanía en la escolástica, sólo Santo Tomás logra
volverlo flexible y dócil a todas las exigencias de la explicación dogmática; y
no mediante correcciones exteriores y adaptaciones artificiales, sino en virtud
de una reforma radical debida a un principio único y simple establecido en el
meollo mismo del sistema aris-totélico. Tomás, vástago de los condes de Aquino,
nació en Roccasecca (cerca de Cassino) hacia 1225 o 1226. Fue alumno de Alberto
Magno en París y Colonia; posteriormente, maestro de teología en la Universidad
de París y en la de Nápoles. Murió el 7 de marzo de 1274 en Fossanova (cerca de
Terracina) cuando iba de viaje para
asistir al Concilio de Lyon. El fundamento del sistema tomista es la rigurosa
determinación de las relaciones entre fe y razón. La razón no puede demostrar
todo lo que es de pertinencia de la fe o la fe misma perdería todo mérito. Pero
puede servir a la fe en tres modos diversos.
32° LA
TEORÍA TOMISTA DEL CONOCIMIENTO
La función fundamental del conocimiento es la
abstracción. El conocimiento sensible es la capacidad de recibir las formas
sensibles de las cosas, abstraídas de su materia. Por ejemplo: el alma recibe
en sí la especie de la piedra, no ya la piedra en su materialidad. De la misma
forma el intelecto recibe las formas inteligibles de las cosas. Ahora bien, en
la realidad estas formas están unidas a los cuerpos; en el acto del
conocimiento el intelecto las abstrae de los cuerpos mismos. Conocer es pues un
abstraer la forma de los cuerpos individuales, un sacar de lo particular lo
universal, de las imágenes individuales la especie inteligible. Del mismo modo
como se puede considerar el color de un fruto prescindiendo del fruto mismo sin
afirmar por eso que existe separado del fruto, así podemos conocer las formas
universales del hombre, del caballo, de la piedra, etc., prescindiendo de los
principios individuales a los cuales están realmente unidas, pero sin pretender
que existan separadamente de ellos. Por tanto, la abstracción no falsifica la
realidad separando realmente la forma de la materia, sino que sólo permite la
consideración por separado de la forma.
33° LA METAFÍSICA TOMISTA
En De ente et essentia, su primera obra y casi
su Discurso del método, Santo Tomás establece el principio fundamental para la
reforma del aristotelismo: la distinción real entre esencia y existencia. Para
Aristóteles, potencia y acto se identifican respectivamente con materia y
forma: no hay potencia que no sea materia, ni acto que no sea forma. Por el
contrario, Santo Tomás sostiene que no sólo la materia y la forma, sino también
la esencia y la existencia están entre sí en la relación de potencia y acto. La
esencia, que él llama también quididad o naturaleza comprende no sólo la forma,
sino también la materia de las cosas compuestas, puesto que comprende todo lo
que está expresado en la definición de la cosa.
34° LAS PRUEBAS DE LA EXISTENCIA DE DIOS EN SANTO
TOMÁS
Santo Tomás hace suya la distinción
aristotélica entre lo que es primo por sí mismo o por naturaleza y lo que es
primo para nosotros. Dios es primo en el orden del ser, pero no en el de los
conocimientos humanos, que parten de los sentidos. Por tanto, es necesaria una
demostración de la existencia de Dios, que partiendo de lo que es primo para
nosotros, las cosas sensibles, las considere como efectos y se remonte hasta su
causa. Ésta es la demostración quia o a posteriori; una demostración a priori o propter quid, que parta de la causa
(Dios) para llegar a los efectos, es imposible porque no conocemos la causa
sino a través de los efectos. Por eso Santo Tomás rechaza la prueba ontológica
de San Anselmo, pues incluso si se considera a Dios como aquello "de que
no se puede pensar nada mayor" no se sigue de ahí que Dios exista en
realidad y no sólo en el intelecto.
35° LA ANTROPOLOGÍA TOMISTA
El hombre se compone de alma y cuerpo puesto
que, además de entender, siente, y sentir es una operación al mismo tiempo del
alma y del cuerpo. Santo Tomás acepta la definición aristotélica del alma como
forma del cuerpo, o sea como principio vital por el que el cuerpo se mueve y
conoce. El alma humana es un alma intelectiva, que cumple también las funciones
sensitiva y vegetativa. Como no depende, en cuanto a su ser, del cuerpo, no la afecta
la disolución de éste y es inmortal. Es inmortal en su individualidad pues
conserva -incluso después de haberse separado del cuerpo- los caracteres
individuales que le venían de su relación con el cuerpo mismo. El intelecto
humano es a un tiempo pasivo y activo en su individualidad. Esta su naturaleza
sustancial y el ser creación directa de Dios explican su supervivencia.
36° LAS ANOTACIONES PEDAGÓGICAS EN SANTO TOMÁS
En la poderosa síntesis tomista del
aristotelismo y la doctrina cristiana no son pocas las observaciones
susceptibles de ser aplicadas a la educación. Sin embargo, el problema sólo se
aborda, ex profeso, desde el punto de vista exclusivo de la educación
intelectual, en una "quaestio disputata" titulada De Magistro, con
evidente referencia a la obra homónima de San Agustín.
En efecto, la ética y la política de Santo Tomás concuerdan en concebir la educación moral como obra esencialmente disciplinadora de las disposiciones prácticas. De lo que se trata es de obligar a la adquisición de buenos hábitos o disposiciones mediante reiteradas elecciones en un mismo sentido. La educación moral no es pues una mera preceptística, sino sobre todo ejercicio; en ella, el maestro, si bien no puede hacerlo todo puesto que es indispensable la colaboración del discípulo, desempeña el papel principal. Pero en el plano intelectual la función del maestro parecía comprometida por la crítica agustiniana acerca de la efectiva posibilidad de que el saber pase del enseñante al discípulo.
En efecto, la ética y la política de Santo Tomás concuerdan en concebir la educación moral como obra esencialmente disciplinadora de las disposiciones prácticas. De lo que se trata es de obligar a la adquisición de buenos hábitos o disposiciones mediante reiteradas elecciones en un mismo sentido. La educación moral no es pues una mera preceptística, sino sobre todo ejercicio; en ella, el maestro, si bien no puede hacerlo todo puesto que es indispensable la colaboración del discípulo, desempeña el papel principal. Pero en el plano intelectual la función del maestro parecía comprometida por la crítica agustiniana acerca de la efectiva posibilidad de que el saber pase del enseñante al discípulo.
37° LA POLÉMICA EN TORNO AL TOMISMO
De la síntesis tomista el aristotelismo salió
completamente transfigurado y convertido en un dócil instrumento para explicar
y defender la verdad revelada. Sin embargo, seguía siendo una novedad
desconcertante para la corriente tradicional de la escolástica, y por tanto
suscitó luchas y contrastes sobre todo por parte de los franciscanos, fieles al
agustinismo tal como estaba expresado en la Summa de Alejandro de Hales y en la
obra de San Buenaventura. Por otro lado, la orden de los dominicos defendía con
sus profesores y maestros la doctrina del aquinense. La hueste tomista es en la
segunda mitad del siglo XIII numerosísima y tiene como centros las
universidades de París y Nápoles.
VIII LA ESCUELA
FRANCISCANA DE OXFORD
38° ROGELIO BACON
Rogerio
Bacon nació en Inglaterra entre 1210 y 1214. Fue discípulo de Roberto
Grossatesta en Oxford y perteneció a la orden franciscana. Moría poco después
de 1292. Sus principales obras son Opus maius, Opus minus y Opus tertium. Bacon
se trazó un grandioso plan para una enciclopedia de las ciencias, pues concebía
la metafísica como la ciencia que encierra los principios de todas las demás.
Las ciencias filosóficas se dividen en tres grandes grupos: matemática, física
y moral. La gramática y la lógica no son sino partes accidentales de la
filosofía. Sin embargo, no llegó a realizar el plan entero de esta
enciclopedia. Sus investigaciones se refieren sobre todo a la física,
especialmente la óptica; pero también estudió la astronomía, la matemática, la
historia natural y las gramáticas griega y hebrea. Sin embargo, no obtuvo sino
resultados insignificantes que se resuelven en confirmaciones más o menos
convencidas de las doctrinas ya conocidas. En realidad, Bacon realmente no
llegó a poseer y a poner en práctica el método experimental, sino que más bien
exaltó la utilidad y el valor de la ciencia experimental.
39° DUNS ESCOTO: CIENCIA Y FE
Junto a Santo Tomás, el otro máximo
representante de la filosofía escolástica del siglo xiii es Duns Escoto, quien
contribuyó vigorosamente a plasmar el concepto de una ciencia totalmente
demostrativa y, por tanto, absolutamente rigurosa. Juan Duns Escoto nació según
unos en 1266, según otros en 1274, en Mauxton (hoy Littledean), Escocia. Es
poco probable la autenticidad de De rerum principio y de los Theorematá, cuya
atribución a Escoto no está confirmada por los manuscritos más antiguos y que
presentan una acentuación a su tendencia a reducir el número de las
proposiciones teológicas consideradas como demostrables. Duras Escoto alimenta
un ideal altísimo y riguroso de la ciencia. Ciencia es únicamente aquello que
se puede demostrar necesariamente. Aquello que no es susceptible de
demostración necesaria, de que no es posible quedar convencidos con razonamientos
rigurosos, está fuera de la ciencia.
40° DUNS ESCOTO: EL CONOCIMIENTO INTUITIVO Y LA
DOCTRINA DE LA SUSTANCIA
Duns arranca de una distinción fundamental
entre conocimiento intuitivo y conocimiento abstractivo. Conocimiento intuitivo
es el conocimiento del objeto presente en su existencia real; el conocimiento
abstractivo abstrae, es decir, prescinde, de la existencia real del objeto. La
metafísica se funda en el conocimiento intuitivo. ¿Qué es el ser o la sustancia
objeto de la metafísica? A este respecto Duns nos presenta una interpretación
de la teoría aristotélica de la sustancia, interpretación que es la parte más
sutil y original de su sistema. Dado que en la realidad no existen sino cosas
individuales mientras que el universal subsiste sólo en el intelecto, Duns
Escoto se preocupa por encontrar el fundamento común de la individualidad de la
cosa real y la universalidad de la cosa pensada. Este fundamento lo identifica
en la sustancia que constituye la naturaleza común de los seres individuales.
Por ejemplo, la sustancia "hombre" es la naturaleza común de todos
los hombres. Y esta naturaleza común es el fundamento, por una parte, de los
hombres individuales que son numéricamente muchos, y por la otra del universal
o concepto "hombre" con que pensamos a los hombres mismos.
41° LA LIBERTAD
Como se ha dicho ya, Duns tiene un ideal
altísimo y riguroso de la ciencia. Todo lo que no está racionalmente demostrado
no forma parte de la ciencia y puede ser sólo objeto de fe. Y la fe es un acto
libre no determinado por motivos racionales. Según Duns Escoto, muchos
atributos de Dios pertenecen a la esfera de la fe, es decir, se pueden creer,
pero no demostrar. La misma inmortalidad del alma no es demostrable. El alma
es, sí, una sustancia, pero ello no significa que sea indestructible, pues si
lo fuese no podría ser creada ni destruida ni siquiera por Dios. Tampoco es
prueba de inmortalidad la aspiración del alma a una bienaventuranza eterna y a
una justicia que remunere en otra vida el bien y el mal, puesto que no se puede
demostrar que la eterna bienaventuranza sea el fin propio del hombre. En cuanto
al premio o al castigo puede decirse que cada uno encuentra su retribución en
su bondad misma y que la primera pena del pecado es el pecado mismo.
42° LA DISOLUCIÓN DE LA ESCOLÁSTICA
Duns Escoto había reconocido en el
aristotelismo el ideal de una rigurosa ciencia demostrativa y por eso se había
servido de é1 como criterio limitativo y negativo de la investigación
escolástica. Frente al ideal aristotélico de una demostración necesaria, muchas
doctrinas habían aparecido como desprovistas de todo valor científico y por lo
mismo habían sido relegadas al dominio de la fe, fuera de la ciencia
propiamente dicha. Por vez primera, Duns Escoto afirmaba la heterogeneidad de
la teología respecto de la ciencia especulativa y reconocía el carácter
práctico, es decir, arbitrario, de toda afirmación dogmática. De ese modo, se
delineaba una escisión entre los dos dominios que la escolástica se había
esforzado siempre por juntar y conciliar armónicamente.
43° GUILLERMO DE OCCAM
Es la gran figura que cierra la escolástica y
abre a la investigación filosófica un nuevo campo de acción. Nació hacia 1290
en la ciudad de Occam, Surrey, Inglaterra. Su obra primera y fundamental es el
Comentario a las sentencias. Escribió también obras de física y lógica, entre
estas últimas tiene gran importancia
la Summa totius logicae.
44° OCCAM: CRÍTICA AL ARISTOTELISMO ESCOLÁSTICO
La primera consecuencia de este radical
empirismo es la imposibilidad de resolver el problema central de la
escolástica, o sea el acorde entre razón y fe. Semejante acorde debería
aparecer como imposible a Occam, puesto que la fe se vuelve hacia una realidad
-Dios y el mundo supersensible- de la que el hombre no tiene ninguna
experiencia y a la que por lo tanto no llega en ninguna forma en su indagar.
Por eso Occam declara que los artículos de fe podrán convertirse en verdades
racionales para el hombre sólo cuando el hombre, después de la muerte, habrá
tenido una experiencia directa de Dios y de la realidad sobrenatural; pero en
tanto que el hombre permanezca in via, es decir, sobre la tierra, este
conocimiento le es imposible. Las verdades sobrenaturales puede aceptarlas por
fe, pero no puede ni demostrarlas ni reconocerles ninguna evidencia, ni
siquiera una probabilidad. A este desentenderse de la filosofía respecto de los
problemas teológicos corresponde un su entregarse a los problemas de la
naturaleza.
45° OCCAM: LA POLÍTICA
Occam fue un resuelto defensor de la libertad
de la especulación filosófica. A propósito de la condena pronunciada por el
obispo de París, Estéfano Tempier, en 1277, respecto de algunas proposiciones
tomistas, dice lo siguiente: "las aseveraciones principalmente
filosóficas, que no conciernen a la teología, ro deben ser por nadie
solemnemente condenadas o prohibidas, pues de ellas quien quiera que sea debe
ser libre de decir libremente lo que le parezca". Ahora bien, Occam considera
que esta libertad quedaría garantizada si la Iglesia volviera a ser, como en
sus orígenes, una libre comunidad espiritual, desprovista de todo poder de
coacción sobre sus miembros. Para Occam, el poder del papa debería ser un poder
ministrativus, no dominativus, es decir, debería estar dirigido no a dominar a
los fieles, sino más bien a servirles y garantizarles la libertad que la ley de
Cristo vino a perfeccionar.
IX EL SIGLO XIV
46° CARACTERES DE LA ÚLTIMA ESCOLÁSTICA
Después
de Occam la escolástica ya no tiene grandes personalidades ni grandes sistemas.
El campo se lo disputan el tomismo, el escotismo, el occamismo, que defienden
polémicamente las doctrinas de sus fundadores. Frente al tomismo y al
escotismo, que representan la vida antigua, el occamismo representa la vida
moderna, es decir la crítica y el abandono de la tradición escolástica.
47° EL NATURALISMO DE LA ESCUELA OCCAMISTA
Las intuiciones de Occam sobre la física, que
son el punto de partidla de la mecánica y la astronomía modernas son recogidas
por un cierto número de occamistas. Entre ellos figura Juan Buridán, maestro y
rector de la Universidad de París, de quien se tienen noticias hasta 1358,
ignorándose el año de su muerte. Buridán abraza la teoría del impetus expuesta
por Occam. Esa teoría viene a ser la primera formulación del principio de
inercia, fundamerto de la mecánica moderna. Buridán aplica esta doctrina
incluso al movimiento de los cielos: es muy posible que éstos estén movidos por
un impetus o impulso comunicado por Dios y que se conserva porque no lo
acentúan ni destruyen otras fuerzas opuestas. Ello vuelve inútiles las
inteligencias motoras que Aristóteles había admitido para explicar el
movimiento de los cielos. La astronomía moderna nació pues, de esta forma, en
la escuela occamista.
48° EL MISTICISMO ALEMÁN
En el periodo de oro de la escolástica, la vía
mística se consideraba como la continuación y el complemento de la especulación
racional. Pero en el último periodo de la escolástica se pone en tela de juicio
o se niega la posibilidad de demostrar o entender con la razón las verdades de
la fe. Las facultades naturales del hombre se estimaban incapaces de alcanzar
por sí solas ni siquiera las verdades primeras y más elementales de la fe.
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