ILUSTRACIÓN Y ESPIRITU DE REFORMA EN EL
PENSAMIENTO PEDAGÓGICO DEL
SIGLO XVIII
El pensamiento pedagógico de la ilustración
se centra en “la reforma del país, la
promoción socio económica y cultural del pueblo a través de la educación, como
fines. La reforma de la enseñanza, de sus contenidos y métodos, como medios y
la prosperidad social y la felicidad por las “luces como metas”.
Los planteamientos pedagógicos del S. XVIII
son racionalistas y ello determina, profundos cambios en todos los ámbitos
desde lo natural al religioso pasando por lo intelectual, lo social y lo
económico. “hay un afán por llegar a ideas claras basadas en evidencias o en la experiencia”.
Se marca la separación entre moral y religión
y desde la óptica de que solo interesa la felicidad presente, se acatan los
dogmas de fe y todo aquello que no pueda ser escudriñado por la razón. La
libertad y la tolerancia son dos elementos vertebradores del pensamiento libre
pensador.del S. XVIII y es el estado el que comienza a tener las riendas de la
enseñanza, discutiéndole a la iglesia el
derecho que venía ejerciendo desde la edad media.
En España, el pensamiento pedagógico del S. XVIII tiene obviamente cierto paralelismo
con Francia. Los más destacados
representes son: FEIJOO, MARTÍN SARMIENTO Y MELCHOR DE JOVELLANOS. Se intenta resolver desde una actuación libre y
autónoma del individuo otro tipo de situaciones que afectan a la dignidad individual
y en las que el conflicto de valores está presente, aun admitiendo la necesidad
de actuar de manera libre y con autonomía personal, para que dicha intervención
adquiera un nivel óptimo.
El espíritu de la Ilustración es “un
emancipador, de liberación intelectual y moral, capaz de pensar por sí y de
obrar por propia voluntad según un orden racional”.
El pensamiento del S. XVIII, es en esencia
la confirmación de la razón humana como
criterio de verdad aplicable no solo al ámbito del conocimiento sino
también al de la viuda, tanto en su dimensión individual como social.
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